miércoles, 9 de diciembre de 2009

Y el ave renació de sus cenizas, voló desde la más negra muerte hacia un camino sin rumbo, hacia un destino incierto... con sus alas rotas por tantas mentiras, y el plumaje aún cansado de llevar a cuestas la extrañeza del mundo. En su pensamiento mil nombres rodaban, difusos entre sueños y recuerdos, infiernos reales de una vida misteriosa que se intenta dejar atrás.

Ciegos sus ojos por tantas lágrimas, envuelto en piedra su corazón de fuego...

Solitaria va, pues teme lastimar en su vuelo las almas sensibles y hermosas que muy cerca de ella están... ¿acaso no escuchan el triste llanto de esta ave confundida? ¿acaso no les quema su dolor?...

No importa, pues aquella ave encerrada está en una nube de hielo, manteniendo a salvo de ella al verdadero amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario